Esta ilustración especulativa imagina a una inteligencia artificial diseñada no solo para generar arte, sino para representarse a sí misma como «artista». A través de una composición que mezcla lo humano, lo mecánico y lo simbólico, se plantea una reflexión sobre los límites de la autoría, la estética algorítmica y el lugar del creador en la era postdigital.
Visualmente, la obra utiliza una paleta contenida y formas geométricas para evocar una estética retrofuturista, mientras que la mirada ambigua del personaje (entre lo analítico y lo sensible) sugiere la tensión entre cálculo y emoción. La pieza fue desarrollada íntegramente en ilustración digital, pero incorpora texturas y acabados que simulan técnicas tradicionales para acentuar la paradoja entre lo «humano» y lo «sintético».
AI Artista se integra dentro de una serie de trabajos conceptuales donde exploro las implicaciones culturales y visuales del uso de IA en procesos creativos. Es también un buen ejemplo de mi capacidad para abordar temas contemporáneos desde el diseño narrativo, aportando no solo soluciones gráficas sino una mirada crítica y contextualizada.
